Isaías 43:2 Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.
El favor y la buena voluntad de Dios hacia su pueblo hablan abundante consuelo a todos los creyentes. La nueva criatura, doquiera esté, es hechura de Dios. A todos los redimidos con la sangre de su Hijo, los ha apartado para sí. Los que tienen a Dios para sí, no tienen que temer quién o qué pueda estar contra ellos.
¿Qué son Egipto y Etiopía, todas sus vidas y tesoros, en comparación con la sangre de Cristo? Los creyentes verdaderos son preciosos a ojos de Dios; su complacencia está en ellos por sobre cualquier persona. Aunque pasen por agua y fuego, mientras tengan con ellos a Dios, no tienen que temer mal alguno; serán levantados y sacados.
Los fieles son animados. Se reunirían de todo lugar. Con este agradable objetivo a la vista, el profeta los vuelve a disuadir de los ansiosos temores.