6.6.12

ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor


Fil 2:12  Por tanto,  amados míos,  como siempre habéis obedecido,  no como en mi presencia solamente,  sino mucho más ahora en mi ausencia,  ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor,
Fil 2:13  porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer,  por su buena voluntad.
Fil 2:14  Haced todo sin murmuraciones y contiendas,
Fil 2:15  para que seáis irreprensibles y sencillos,  hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa,  en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo;
Fil 2:16  asidos de la palabra de vida,  para que en el día de Cristo yo pueda gloriarme de que no he corrido en vano,  ni en vano he trabajado.
Fil 2:17  Y aunque sea derramado en libación sobre el sacrificio y servicio de vuestra fe,  me gozo y regocijo con todos vosotros.
Fil 2:18  Y asimismo gozaos y regocijaos también vosotros conmigo.


Debemos ser diligentes en el uso de todos los medios que llevan a nuestra salvación perseverando en ellos hasta el fin, con mucho cuidado no sea que con todas nuestras ventajas no lleguemos. Ocupaos en vuestra salvación, porque es Dios quien obra en vosotros. Esto nos anima a hacer lo más que podamos porque nuestro trabajo no será en vano; aún debemos depender de la gracia de Dios. La obra de la gracia de Dios en nosotros es vivificar y comprometer nuestros esfuerzos. La buena voluntad de Dios para nosotros es la causa de su buena obra en nosotros.

Cumplid vuestro deber sin murmuraciones. Cumplidlo y no le atribuyáis defectos. Preocupaos de vuestro trabajo y no lo hagáis motivo de contienda. Sed apacibles: no déis ocasión justa de ofensa. Los hijos de Dios deben distinguirse de los hijos de los hombres. Mientras más perversos sean los otros, mas cuidadosos debemos ser nosotros para mantenernos sin culpa e inocentes. La doctrina y el ejemplo coherente de los creyentes iluminará a otros y dirigirá su camino a Cristo y a la piedad, así como la luz del faro advierte a los marinos que eviten los escollos y dirige su rumbo al puerto. Tratemos de brillar así.

El evangelio es la palabra de vida, nos da a conocer la vida eterna por medio de Jesucristo. Correr connota fervor y vigor, seguir continuamente hacia delante; esfuerzo, connota constancia y aplicación estrecha.
La voluntad de Dios es que los creyentes estén con mucho regocijo; y los que estén tan felices por tener buenos ministros, tienen mucha razón para regocijarse con ellos.